jueves, 5 de mayo de 2011

Encuentro

Continúe hacia el baño y al llegar me tope con una fila de más de diez chicas, así que di media vuelta, en realidad no quería ir al baño, solo deseaba un pequeño respiro. Me acerque a la barra y pedí un trago fuerte, sabía que Evelin y Carolina aun no habían acabado conmigo y a base de cerveza no conseguiría ignóralas, el barman me dijo que tenía que esperar ya que la barra estaba llena de clientes, abrí la boca para decirle que lo olvidara, pero un roce de cabello me lo impidió, era el de una chica que estaba sentada en la barra y no hacía más que jugar con su larga cabellera rubia, y al parecer no le importaba metérsela en la boca a los demás.
A su lado habían tres chicos que la miraban con algo más que deseo en sus ojos, incline la cabeza y pude apreciar su rostro, era hermosa, sus labios poseían un color carmesí casi natural, su rostro era perfilado, aunque un poco pálido, parecía una de esa súper modelos que salen en las revistas, solo que sin Photoshop.
Por unos momentos sentí envidia, ¿A quién no le gustaría ser súper hermosa y tener a todos los chicos babeando por ti?, yo diría que a cualquiera, y Evelin, por desgracia, tenía razón, con la pinta que llevaba no podía ser capaz ni de levantarme al que barre el local después de cerrado.
Mire hacia donde estaban mis amigas, un chico ocupaba mi lugar y hablaba con Evelin con picardía, intente imaginarme vestida como ella y con maquillaje hasta las orejas, y no había duda, parecía una fulana.
Me volví de espalda a la rubia, no quería su pelo nuevamente en mi boca, y mire a mi alrededor, mis ojos se toparon con unos azules que me miraban fijamente, trate de apartar la vista pero no pude, eran los ojos más hermosos que había visto en mi vida, un azul como el mar al amanecer, con unas pobladas pestañas negras debajo de unas gruesas cejas, escudriñe su rostro aun sabiendo que me miraba.
Tenía una boca carnosa, de esas que ves y deseas besar, con un tono rojizo, como si se hubiera estando mordiendo los labios, de rostro cuadrado y un tanto pálido, llevaba el pelo corto de un negro azabache, varios mechones estaban de punta y brillaban bajo la luces del local, volví a mirar sus ojos y un hormigueo me recorrió todo el cuerpo cuando los encontré aun fijos en los míos, me mordí los labios sin poderlo evitar, por todos los santos era hermoso, nunca había visto a un chico con semejante belleza natural.
Sus labios se curvaron en una suave sonrisa y me quede sin aliento de golpe, me estaba sonriendo, aquel adonis me sonreía a mí, y mira que me había creído todas las choradas de Evelin al decir que no sería capaz de levantarme a ningún chico de allí, y por lo que veían mis ojos se equivocaba.
El chico le dio un sorbo a la botella de Coca-Cola que tenía en la mesa y se puso de pie, y vaya que figura, era alto, los músculos de sus brazos y su pecho se marcaban debajo de la camisa blanca que llevaba, de hombros cuadrados y porte de modelo, dios, el chico perfecto. 
Y no podía creer lo que veía, avanzaba hacia mí, mi pulso se acelero y las mejillas me ardieron, intente tragar pero sentía un nudo en la garganta que me lo impidió, si hubiera sido una vela me habría derretido en el acto, porque aquel guapísimo chico irradiaba fuego.
Aun sonreía y me miraba según se acercaba, las manos me temblaron al ver que solo estaba a cinco pasos, cuatro, tres, dos…
Pestañe varias veces para estar segura de que no había sido mi imaginación o peor aún, una alucinación, incluso me pellizque un brazo, por que el chico se había convertido en un borrón delante de mis ojos.
Solté el aire que había aguantado desde que él se puso de pie y trate de recobrar la compostura, una carcajada alegre a mi lado llamo mi atención y me volví, si, la rubia hermosa, y me quede sin aire nuevamente cuando lo vi, el guaperas de ojos azules estaba a su lado, le susurraba algo al oído a la chica rozándole casi el cuello con sus sensuales labios.
Que estúpida había sido, no era a mí a quien miraba, la fascinación por su hermosura me había jugado una mala treta, volví a respirar y tome el vaso que ya me ofrecía el barman, me lo zampe de un trago, el liquido me quemo la garganta y tuve que abrir la boca para exhalar, me gire y la rubia había desaparecido, mire hacia la puerta del local y la vi salir prendida del brazo del chico.
Vaya humillación, otra rubia que se interpone en mi camino, debería considerar el teñirme el pelo, no, creo que no.



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