jueves, 24 de marzo de 2011

En Familia

La señora Rosa me dedico una amplia sonrisa sin acercarse, ya sé que debería llamarla tía, pero ella misma nos había dejado claro a Gueyri y a mí que no la llamáramos así.
Miguel, el hijo pequeño de la pareja, pero el más alto, se acerco y medio un beso, Azucena y Jazmín también lo hicieron, ¿A que todas tienen nombres de flores?, así somos los dominicanos de originales a la hora de ponerles nombres a los hijos, ya han visto el de mi hermano, Gueyri,  y el mío,  todos me llaman Kari, pero es el diminutivo de Karaya-Ri, mi abuela fue quien nos dio esos nombres, según ella son antiguo y pertenecen a una lengua antigua, y poseen un significado.
Fuimos directamente hacia el comedor, mi tío ocupo la cabeza de la mesa y yo el otro extremo, su señora se sentó a su derecha junto con Miguel y las hermanas se sentaron juntas a su frente.
Azucena tiene dieciocho años, dos más que Jazmín, y no se parecían en nada, Azucena tenia la piel clara como su madre, también tenía sus mismo ojos marrones y su perfilada nariz, en cambio Jazmín se parecía a su padre, con la misma cara cuadrada y ojos oscuros y penetrante, por lo menos no saco su figura baja y robusta, Miguel era harina de otro saco, no se parecía a ninguno de los dos, era delegado y muy alto, cosa casi carente en la familia Deschamps, sus ojos eran del mismo color que los míos y era muy simpático y altruista, le gustaba ayudar a los demás y solo tiene quince años, no me cabía la menor duda de que sería un buen hombre.
Durante la comida mi tío hablo de negocios y de lo bien que estaban las cosas en la empresa y también, por enésima vez, me pidió que formara parte del comité, nunca se cansaba de lo mismo, yo no estaba hecha para los negocios, esa vena la saco mi hermano.
Recordé que cuando mi tío se entero de la carrera que había escogido para estudiar puso el grito al cielo, y peor aun cuando le dije que estudiaría en la universidad pública, la UASD, se paso una semana llamándome todo los días para hacerme cambiar de parecer, pero en fin, un día tendría que cansarse de lo mismo.
Mireya retiro los platos y sirvió café, solo a mis tíos y a mí, a los chicos le ofreció un batido de cerezas que agradecieron con simpatía, luego le llevo un trago de whisky al tío, debía de admitirlo, Mireya conocía más los gustos de mi familia que yo.
-Kari, quería pedirte una cosa.
-Lo que quieras tío.
-Me gustaría que no estuvieras tarde de la noche en la calle – ¿Es que se había enterrado de la hora en que llegue a casa?
-Ya sabe que no soy de la que andan a altas horas de la noche de fiesta – dije para ver si solo me estaba tanteando.
-Eso lo sé, pero estudias de noche y para ser sincero este país se está volviendo muy peligroso, no quisiera que una noche me llamaran a casa para pedir un rescate por ti – vaya, ¿Por qué no me sorprende su exageración?, además, no creo que ningún demonio se atreva a pedir un rescate o sepa usar el teléfono.
-Descuida, no me pasara nada.
-Deberías andarte con cuidado – intervino Azucena – Han habido unos asesinatos extraños en la ciudad.
-¿A qué te refieres?
-¿De qué estás hablando? – pregunto su padre – No he visto nada de asesinatos extraños en los periódicos.
-Porque es algo que nadie sabe – admitió.
-¿Y cómo es que tu si? – inquirió Rosa.
-Porque mi amiga Katy me lo conto.
-Azucena, explícate – la voz del tío Guarionex sonó rotunda.
-Ya saben que el padre de Katy es el director de la morgue del hospital Darío Contreras – sus padres asintieron – Bien, pues ella estaba en el hospital ayer y escucho que su padre le decía a un medico que los cuerpos que habían llevado allí no tenían sangren y que en la escena del crimen no había rastro de ella.
-¿De qué murieron? – pregunto Miguel.
-Eso es lo extraño según Katy, dichas personas parecían no haber sufrido ningún trauma, y la autopsia, que ella leyó a escondida de su padre, indicaba que los cadáveres tenían todos sus órganos en perfecto estado y que la causa de la muerte se debía a la pérdida de sangre.
La mire directamente a los ojos, Azucena nunca mentía, era una chica muy aplicada y obediente, pero ¿Cómo podía quedarse una persona sin sangre así sin más?, mi tío también parecía pensar en lo mismo ya que miraba el whisky con rostro confuso.
-Azucena – dije – ¿Tu amiga está segura de que en el informe que leyó no había algo sobre alguna herida?
-Una persona no puede quedarse sin sangre así sin más – se los dije, mi tío estaba pensando lo mismo.
-Katy me dijo – contesto Azucena – Que lo único extraño o más bien común entre las víctimas eran dos pequeños puntos en el cuello.
-¿Dos puntos? – inquirió Miguel con una sonrisa – ¿Cómo los que los vampiros dejan en sus víctimas?
-Los vampiros no existen – le dije, porque así era, solo eran un mito para entretener a la gente.
-Kari tiene razón Miguel – me apoyo mi tío.
-Sea lo que sea, hay que tener cuidado – dijo Azucena – Imagínense si es algo peor que un asesinato, imagínense que sea una plaga.
Todos guardamos silencio, no se los demás, pero para mí aquello no era una plaga, algo me decía que tenía que ver con que estuviera viendo más muertos de la cuenta y ¿Recuerdan el miedo que pase cuando salí de la fiesta de Elí?, si, cuando la energía eléctrica se fue, no fue aquel espectro que salió de la nada el que me hizo sentir aquel mal a mi alrededor, era otra cosa, y sabía que tenía que ver con los demonios, aunque no era lo mismo que sentía cuando los tenía cerca, era algo más poderoso.
Tal vez alguna secta satánica estaba por ahí invocando demonios, y más me valía averiguar el asunto, mi abuela me había dicho que no dejara que la oscuridad dominara, y para serles sincera no la dejare.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Contrariedad

Empecé a pensar que aquel sueño tenía algo que ver con ese día, porque no iba a hacer uno de los mejores en mi vida. Aquel lunes quince de octubre empezaba con una reunión en el museo con el director de este y los encargados de la iglesia del Santo Cerro, luego al museo asistiría una excursión de estudiantes, que en pocas palabras seria una excursión de lo más escandalosa conociendo a los estudiantes de primaria.
A las seis de la tarde tenía un examen en la universidad, para el cual no había estudiado nada y para colmo Eli, mi mejor amiga, cumplía años y no le había comprado nada aun, digamos que se me olvido, por primera vez en cinco años lo había hecho y no quería ni imaginarme su cara cuando me viera llegar sin un regalo en las manos, vamos, que el día no pintaba nada bien, solo faltaba que se me atravesara un demonio en el camino, y la verdad hubiera preferido enfrentarme a uno que a lo que me aguardaba aquel lunes.
Llegue a las nueve en punto al museo después de casi una hora de atasco, me enganche mi carnet de empleada en la camisa blanca que llevaba y suspire antes de entrar al gran edificio.
Cruce el umbral y me dirigí a la sala Restauración, iba sumergida en mis pensamientos, y es que no tenía ni idea de que iba aquella reunión, pero supuse que tenía que ver con mi última excursión.
El museo patrocina excursiones a varios pueblos para indagar más sobre nuestra historia, la ultima había sido un viaje a la Vega en donde por pura casualidad me sentí atraída por algo y acabe en la Vega Vieja, encontré rastros de magia, de hechicería muy antigua impresas en varias piedras, para una persona normal hubieran sido solo signos deteriorados por el tiempo, no obstante yo sabía lo que eran y por eso escribí un informe sobre la posible utilización de la magia negra o nigromancía por los Tainos, incluso puse en duda que en la batalla que se libro en el Fuerte de la Concepción, entre Colonos y Tainos, en donde se había presenciado la virgen de las Mercedes había sido solo una falsa leyenda, allí había aparecido algo, pero pongo en duda que hubiera sido una Virgen, porque las runas que yo vi eran de invocación, de la invocación del mal, y desde entonces me he preguntado quien la utilizaría, ¿Los Colonos o los Tainos?
En fin, escribí todo un informe de ello, de que en el Fuerte de la Concepción se había usado magia negra y runas antiguas, estaba dispuesta a publicarlo en los periódicos de circulación nacional, sin embargo el director del museo me llamo después de leerlo y me dijo que había que hablarlo con los encargados del Santo Cerro, ya que la Vega Vieja estaba bajo sus dominios religiosos.
Fue así que después de una semana me dijo que tendríamos una reunió con ellos y que al parecer el informe no le había gustado, la verdad es que no me importo que no le gustara, yo conocía la nigromancía y también estaba segura de que se había usado allí en la antigüedad, pero por un lado entendía a los del Santo Cerro, supongo que ellos como iglesia no creen en la magia, ya fuera blanca o negra.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Vampiros en el Caribe

Estaba a mitad de mi carrera de periodismo de investigación, siempre me ha gustado buscar la verdad a fondo, pero no solo en ámbito personal, sino también en lo oculto, digamos que quería ser una Nuria Piera, así me suele llamar el director del museo en donde trabajo, porque yo trabajaba, y todos se han hecho la misma pregunta, ¿Por qué si tengo tanto dinero trabajo?, porque me gusta tener la mente ocupada y porque mi trabajo en el museo de historia y geografía es solo una tapadera para lo que realmente hago.
Porque yo soy la hija de la luna, el espíritu guerrero y valiente, la que ve fantasmas y la que caza demonios, yo Karaya-Ri.

lunes, 7 de marzo de 2011

Vampiros en el Caribe

Observaba las estrellas sentada en el balcón de la cabaña, eran las cuatro de la mañana y había tenido un sueño horrible, la verdad, el mismo sueño que he tenido durante muchos años, solo que esa noche había algo diferente en el, algo que me había inquietado.
Había soñando lo mismo durante muchas noches y nunca le había dado importancia hasta que me di cuenta de que cada vez que lo tenía una desgracia ocurría, un terremoto devastador en algún país, un accidente aéreo, una bomba en un lugar remoto.
Cada vez que tenía ese sueño personas morían, conocidas y no conocidas, en mi país o en otro continente, sin embargo hacia mucho que había dejado de ponerle atención, porque al fin y al cabo yo no podía hacer nada, solo sabía que una desgracia ocurriría, pero no sabía cuando ni donde, por eso cuando solía tener mi sueño repetitivo me daba la vuelta en la cama y volvía a dormirme, no obstante esa noche no pude hacerlo.
Por ello me encontraba observando las estrellas desde el balcón de la pequeña cabaña que poseía a las afueras de la ciudad, mi refugio secreto, tratando de buscarle una explicación al cambio en mi sueño. Nunca le puse atención a mi abuela cuando me explicaba como traducirlos, ya me dirán ustedes que atención le pondría una niña de diez años a una anciana que hablaba del significado de los sueños cuando lo único que yo quería era que me enseñara magia, y la verdad es que ahora me arrepiento....